La posibilidad de escuchar una pieza musical, familiar o no, cantada o tocada y reproducirla a la perfección, incluyendo errores y todo; poder calcular qué día de la semana era el 5 de Mayo de 1912, incluyendo años bisiestos; contar los palillos de dientes o la memorización de la guía de teléfono mostrada por Raymond Babbit, protagonizado por Dustin Hoffman en la película Raiman, son características del “Síndrome del Savant”, también conocido con el nombre de autista inteligente o idiot savant; un tipo de brillantez mental a veces asociado con el desorden mental del autismo.
Tanto los niños savants como los más comunes de los autistas no savants, presentan desordenes que le impiden llevar una vida plena independiente. Estos se vuelven aparentes en los primeros años de vida. Podemos mencionar entre otras: desapego social, desarrollo anormal del lenguaje, movimientos inusuales repetidos, y retardo mental.